jueves, 26 de diciembre de 2024

NO DEJÉIS DE CAMINAR. A ELLOS:

 



Vivo en un mundo diferente a todos los que conozco. Los héroes andan, algunos hasta corren. Van sin capa. Al entrevistar a uno de ellos, le pregunté porqué no la llevan. La respuesta: es una prenda incomoda. ¡Asombroso! Son inmunes a la criptonita; sin embargo, la decepción, para la mayoría, les paraliza de por vida.
Es una plaga no visible. Temen ser contagiados por los cobardes que revolotean alrededor de la grandeza y de los mortales. Estos diminutos héroes caminantes son personajes ocultos que dejan su huella en cada acto de valentía. Silenciosos, insonoros, extraños, aventureros, callados, cabizbajos... en definitiva: raros. Habitan en todos los países y aparecen de forma asombrosa. Si consigues ver uno, hazle una foto, porque no volverás a saber de él. Su sexo puede ser femenino, masculino o superpuesto. Fuertes, flojos o débiles. Quieren y no quieren, están y no están. Lloran y aman en silencio. Se mezclan entre ellos sin reconocerse, sí, a través de una utópica mirada. Poseen el superpoder de la empatía y son capaces de comunicarse con fuerzas externas, facultades que quienes vuelan tienen mermadas o simplemente no poseen.
Están cerca de nosotros. Pueden ir uniformados. La mayoría viste con trapos, nada elegantes, y no saben combinar la ropa. Si te topas con uno, en alguno de tus vuelos, sabrás que es un héroe caminante al comprobar que mantienen la vista lejos de tus ojos, enfocan al horizonte y al suelo. La razón es el estrés crónico que sufren, además de la vergüenza de estar a tu lado. Se sienten inferiores a cualquier otro ser vivo.
Poseen el don de la grandeza para salvar vidas. Y..., no son celestiales.
A todos mis amigos: ¡Feliz Navidad!







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