viernes, 3 de julio de 2020

EL BECARIO DE SATÁN



Desconozco el tiempo, en términos terrestres, que tardé, durante mi estancia en el Infierno, en llegar a la simple conclusión que explica el valor del Alma en las leyes de la Luz y la Oscuridad.

Si pudiese reunir los sentimientos humanos que impulsan las acciones de cada individuo estarían guardados en dos grandes tarros, titulados: «Lo Correcto» y «Lo Incorrecto». Parece una simpleza, pero resume cuanto obramos día a día. Finalmente nuestros actos son juzgados y determinan que disfrutemos de la Divinidad Celestial o nos lleven a una inferna interviú. En el periodo que pasé junto al diabólico, resolví muchas de las trascendentales dudas que tenemos, particularmente la que tanto nos inquieta: ¿A dónde vamos después del último suspiro?

Me gusta pensar que obro correctamente. Te imaginas si de verdad la muerte es simplemente el acto final de una obra teatral en la que participas y bajado el telón has de viajar a un espectacular escenario. Volvería a reunirme con los que añoro; repitiendo la cercanía, el roce, el aroma que aún sustenta el recuerdo y reanudar las sonrisas que nos unieron la primera vez que nos conocimos. «Verse. Estar cara a cara, es la alegría de reencontrarse con alguien después de mucho tiempo». Son diez y seis palabras en una oración que expresan nuestro sincero deseo para los que se alejan de nosotros. Todas ellas agrupadas en una sola: «Retrouvailles».

La felicidad volverá en el reencuentro, en esa otra forma de existir, y con el abrazo nos inundaremos de la misma energía que surge en los ganadores. No serán necesarios los juegos para borrar el drama que asomó con cierta frecuencia desde la diminuta ventana. Éramos tan jóvenes que la distancia de los años evitó que conviviésemos en una misma habitación; sin embargo, en los pasillos no existía la diferencia de edad.

Pero…, y si ocurre una suerte contraria a la que esperas, y es la que te lleva al lado opuesto, ¿qué hacer? Nada, la ocasión de oro nace en vida, has de aprovecharla para no cometer un irreparable error. Es esencial que prestes una especial atención al Yo espiritual, si lo haces, con toda seguridad coexistirás con los que deseas abrazar. Si te obstinas en ejercer acciones incorrectas, la decepción perdurará en la otra dimensión.

¿Cuántas veces has deseado partir el primero al creer que otro era digno a permanecer? ¿Por qué el que merita a quedarse se va antes que quien no lo merece? Solo en nuestra imaginación es posible cambiar el turno de partida. Reflexionar en todo esto induce un afligido estado de ánimo que se funde en la mente, especialmente si convives flanqueado por niños o adolescentes con los que compartes una difícil situación. El dolor inseparable es el que padecen los padres al carecer de la posibilidad de un trato para sus hijos. Los Señores que nos ofrecen otra realidad no aceptan intercambios, pueden odiarte o aplaudirte si te lanzas a salvar una vida entregando la tuya, pero de ningún modo intentes preservar otra a cambio de la única que detentas; por más que reces, desoirán tu petición.